Estas inversiones probablemente no generarán el mayor retorno económico y mucho menos inmediato para la empresa, pero sin lugar a duda serán las que mayor retorno “intangible” proporcionen. A corto plazo difícilmente valorables, pero puede que de incalculable valor a largo plazo
Cada vez observamos una mayor conciencia sobre los problemas relacionados con el medio ambiente, aspectos sociales y con las acciones relacionadas con el buen gobierno corporativo de las empresas (ESG).
Esta mayor conciencia social no ha surgido por casualidad, sino por el absoluto desencanto, con el que toda una generación está viviendo la situación económica y laboral. No se trata sólo de unas condiciones laborales cada vez peores para una gran mayoría de trabajadores, sino que además están observando que, una economía basada en el consumo por el consumo no es el mejor camino a largo plazo. En ese contexto, la desigualdad creciente es el resultado más palpable. Necesitamos algo más!!
Las clases medias han percibido que cada vez cuesta más llegar a fin de mes y eso ha implicado un cambio en los valores y prioridades. Un secreto a voces, que muchos emprendedores han sabido detectar y canalizar hacia un modelo económico, basado en la colaboración, en el uso y disfrute en lugar de la posesión, en modelos de negocio no centrados (no de forma prioritaria) en el beneficio por el beneficio sino en la generación de un impacto social.
La cuestión es que cada vez se le otorga mayor relevancia a las compañías con una buena política ESG y cada vez más se observa la necesidad de cuantificar y valorar los efectos económicos de tales medidas. No debemos olvidar que estamos en un mercado capitalista en el que toda inversión espera su retorno económico.
Estas inversiones probablemente no generarán el mayor retorno económico y mucho menos inmediato para la empresa, pero sin lugar a duda serán las que mayor retorno “intangible” proporcionen. A corto plazo difícilmente valorables, pero puede que de incalculable valor a largo plazo. Incluso capaces de generar una clara ventaja competitiva en un entorno en el que la diferenciación en precio o producto entre compañías cada vez es más complicada y en el que valores menos crematísticos pueden marcar la diferencia.
Es muy importante considerar que el retorno para las compañías que pongan su empeño en ello, no será solo económico, sino también y sobretodo un beneficio intangible.
Fuente Diario Responsable
Ver noticia completa aquí